¡Hola de nuevo! Nueva entrada de blog, esta vez para mostraros mi lado menos trabajado, como os comenté en entradas anteriores.
El pasado fin de semana nos escapamos mi compañero de trabajo y amigo Diego y yo a Candanchú a pisar un poco de nieve. Ya hacía un año de la última vez que fuimos a la nieve en Valdezcaray y ese día dijimos: ¡a la proxima a Pirineos! El tiempo pasa rápido, qué os voy a contar, y hasta el pasado fin de semana no cuadramos planes.
Como no podía ser de otra manera, llevé la cámara por si cuadraba sacar algún atardecer guapo por la zona, sin llevar nada preparado ni ninguna foto en mente. Continuando con la racha de mala suerte con respecto a lo meteorológico, el fin de semana no apareció ni una nube para dar color al cielo y no nos apeteció movernos mucho para buscar un encuadre que me gustase. Al fin y al cabo íbamos a lo que íbamos y no era plan de castigar más las piernas de lo que ya las teníamos, el esquí y el snow cansan mucho para unos novatos!!
El sábado a última hora decidimos que el domingo lo íbamos a dedicar a dar un paseo por la zona, así que busqué algo con el móvil y vi que cerca de Canfranc había un riachuelo que discurre por el barranco Cherimosas y forma una pequeña cascada a su paso por los pies del GR11. El paseo es muy cortito así que desayunamos tranquílamente y para allá que fuimos.
Efectívamente, llegamos en media hora más o menos y me puse a hacer fotos a la cascada. Diego me pidió que le sacase unas fotos y dije… qué mejor momento para entrenar el retrato! Así que nada, aquí tenéis una muestra de las fotos que le hice. Si queréis verlas con buen tamaño, pasad por mi galería de retrato a echarles un vistazo.